El ser humano ha olvidado que hace millones de años comenzó un juegoque consistía en ignorar momentáneamente su esencia divina. Poco apoco dejó de ver las cosas tal como eran para crear una realidad apartir de un sistema de creencias, inconsciente e incontrolado, segúnlos modos negativos de la propia vida emocional. El poder de elegirprofundiza en el arquetipo de la víctima y en cómo deshacerse delexcesivo personalismo disolviendo las porciones del ego que nosimpiden trascender. ¿Es posible considerarnos víctimas si nos volvemos conscientes de que siempre hemos sido creadores de nuestro viaje?
El ser humano ha olvidado que hace millones de años comenzó un juegoque consistía en ignorar momentáneamente su esencia divina. Poco apoco dejó de ver las cosas tal como eran para crear una realidad apartir de un sistema de creencias, inconsciente e incontrolado, segúnlos modos negativos de la propia vida emocional.
El poder de elegir profundiza en el arquetipo de la víctima y en cómodeshacerse del excesivo personalismo disolviendo las porciones del ego que nos impiden trascender.
¿Es posible considerarnos víctimas si nos volvemos conscientes de quesiempre hemos sido creadores de nuestro viaje?