«Fue entonces cuando tomé la decisión de empuñar la pluma y ahí meencontré con que cada recuerdo arrastraba a otros cientos. Todo loviejo y ya medio olvidado resurgía de golpe: mis sueños infantiles,mis anhelos adolescentes, mi juvenil intrepidez, la cárcel y eldestierro.Esta vez no escribía para ganar tiempo, pues no tenía prisapor llegar a ninguna parte».«La vida... vidas, pueblos, revoluciones y personas muy queridas han aparecido, han mutado y han desaparecido alo largo del período de tiempo que separa las Colinas de los Gorriones y Primrose Hill. El implacable remolino de los acontecimientos haborrado sus huellas casi por completo. Lo que me rodea ha cambiado.Son las aguas del Támesis las que fluyen ahora y no las del río Moscú, una tribu que me es ajena me rodea... Y ya no tenemos camino devuelta a la patria... Tan solo el sueño de dos niños, uno de 13 yotro de 14 años, permanece incólume!».