Tantos hombres de España, tantos indios, tantas llamas, tantos perros, tantos cerdos subiendo por esas pendientes de viento helado, yendo arendir tributo a unos dioses desconocidos, tanta gente dispuesta amorir por un cuento, por un rumor, ahora me alarman, porque esaexpedición sólo a medias era la búsqueda de un tesoro. Era sobre todola prueba de una credulidad desmedida, una sonámbula procesión decreyentes yendo a buscar un bosque mágico, un ritual corroído por lacodicia, espoleado por la impaciencia.