La acogida excepcional que, hace cinco años, obtuvo la compilación delos artículos aparecidos con el título El dardo en la palabra hallevado a Fernando Lázaro Carreter a reunir en este volumen lospublicados desde 1999 en el diario El País.Con erudición y agudosentido del humor, el eminente académico alerta acerca deldesconocimiento de los recursos del propio idioma, tan recuente encuantos gozan de vida pública, y el aluvión acrítico de términosnuevos innecesarios, que hacen peligrar la comunicación entre millones de hispanohablantes. Procurar la estabilidad del español es una labor que corresponde a todos los hablantes con una conciencia crítica. Aellos van destinados estos «dardos».Reseña:«Los dardos no están hechos para multar ni para encarcelar a nadie,sólo quieren ser una llamada de atención para no desviarse del caminoque la comunidad lingüística nos traza. Una excelente llamada.»El Cultural
La acogida excepcional que, hace cinco años, obtuvo la compilación delos artículos aparecidos con el título El dardo en la palabra hallevado a Fernando Lázaro Carreter a reunir en este volumen lospublicados desde 1999 en el diario El País.Con erudición y agudosentido del humor, el eminente académico alerta acerca deldesconocimiento de los recursos del propio idioma, tan recuente encuantos gozan de vida pública, y el aluvión acrítico de términosnuevos innecesarios, que hacen peligrar la comunicación entre millones de hispanohablantes. Procurar la estabilidad del español es una labor que corresponde a todos los hablantes con una conciencia crítica. Aellos van destinados estos «dardos».Reseña:
«Los dardos no están hechos para multar ni para encarcelar a nadie,sólo quieren ser una llamada de atención para no desviarse del caminoque la comunidad lingüística nos traza. Una excelente llamada.»
El Cultural