Un sacerdote enamorado de sus sacerdocio, con unas dotesextraordinarias, católico de cabeza y de corazón: convencidototalmente de la universalidad de la Redención obrada por Jesucristo y capaz, por tanto, de sanar y elevar todos los logros de la mentehumana. Sus meditaciones eran especiales ( ,) eran no solo muycultas, sino muy profundas, muy sugerentes, muy dramáticas. Y estabancuidadosamente elaboradas. El volumen que el lector tienen entre susmanos da buena prueba de lo dicho. La manera de presentar la ascéticatradicional que D. Juan Bautista practicaba ( ,) resulta muchasveces sorprendente. Amaba la paradoja. Las cosas pequeñas son lo único importante, el vino de las bodas de Caná, que casi nos da vergüenza - ¿cómo no emplea el Redentor su poder divino para hacer algo que valga verdaderamente la pena?-, nos hace entender hasta que punto Dios seha hecho verdaderamente hombre, las risas y llantos del Niño Dios yanos redimen, la mejor rectitud de intención es no tenerintenciones ,De mil maneras sacude a los que le escuchan y lesabre así las asombrosas profundidades del misterio de ese Dios que seha hecho carne para salvarnos.