Más allá del esplendor de los chefs estrella y los restaurantes deprestigio, la cadena de suministro de la trufa está marcada por losrobos, el secretismo, los sabotajes y los fraudes. Los campesinospatrullan sus campos armados con rifles y temen que los espías puedanrobarles los secretos del negocio, los cazadores esconden pedazos decarne envenenados para librarse de los perros truferos, mientras quecompradores ingenuos y expertos reconocidos por igual sufren losengaños de timadores y falsificadores. Ryan Jacobs empezó esta historia como un artículo para The Atlantic,pero ha conseguido divulgar de un modo novelesco los delitos, enocasiones incluso de sangre, que tienen lugar en todas las etapas delcamino que recorre la trufa para llegar desde la tierra al plato.