Cada vez que surge algo que antes no había existido nos vence lasensación de que ha acontecido algo sobrenatural, de que ha estadoobrando una fuerza sobrehumana, divina. Y nuestro respeto llega a sumáximo, casi diría, se torna religioso, cuando aquello que aparece derepente no es cosa perecedera. Cuando no se desvanece como una flor,ni fallece como el hombre, sino que tiene fuerza para sobrevivir anuestra propia época y a todos los tiempos por venir. A veces nos es dado asistir a ese milagro, y nos es dado en una esfera sola: en la del arte.