Cuando le pide colores para pintar un árbol, le dice: «Observa unárbol durante media hora y apunta en un papel cada color que veas.Luego, con satisfacción, le pone sobre un plato una muestra de cadauno de los tubos de pintura de su caja. Siguieron paseando duranteaños. Don Jaime ya no habla, pero eso no le impide enseñarle las cosas fundamentales de la vida.El mar y otras cosas de las que también me acuerdo es un libro que, através de la relación de una niña con su abuelo, nos habla del amor alos recuerdos. Imágenes que guardamos en nuestro corazón y que aveces, espontáneamente, como un álbum de fotografías, se abre parallevarnos de paseo por nuestra infancia.