EL MAESTRO IGNORANTE

EL MAESTRO IGNORANTE

CINCO LECCIONES SOBRE LA EMANCIPACIÓN INTELECTUAL

$25.705
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
(118).LAERTES
Año de edición:
Temática
Filosofia
ISBN:
978-84-7584-713-9
Páginas:
184
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Peso:
210
Dimensiones:
200x125
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En el año 1818, Joseph Jacotot, revolucionario exiliado y lector deliteratura francesa en la Universidad de Lovaina, empezó a sembrar elpánico en la Europa sabia. No contento con haber enseñado el francés a los estudiantes flamencos sin darles ninguna lección, se puso aenseñar lo que él ignoraba y a proclamar la palabra de orden de laemancipación intelectual: todos los hombres tienen igual inteligencia. Se puede aprender solo, sin maestro explicador, y un padre de familia pobre e ignorante puede hacerse instructor de su hijo. La instrucción es como la libertad: no se da, se toma.

La distancia que el explicador pretende reducir es aquella de la quevive y la que, por tanto, no cesa de reproducir al igual que hacetanto la Escuela como la sociedad pedagogizada. La igualdad no es fina conseguir, sino punto de partida. Quien justifica su propiaexplicación en nombre de la igualdad desde una situacióndesigualitaria la coloca de hecho en un lugar inalcanzable. Laigualdad nunca viene después, como un resultado a alcanzar. Ella debeestar siempre delante. Instruir puede significar dos cosas exactamente opuestas: confirmar una incapacidad en el acto mismo que pretendereducirla o, a la inversa, forzar a una capacidad, que se ignora o seniega, a reconocerse y a desarrollar todas las consecuencias de estereconocimiento. El primer acto se llama atontamiento, el segundoemancipación.

Es una cuestión de filosofía: se trata de saber si el acto mismo derecibir la palabra del maestro -la palabra del otro- es un testimoniode igualdad o de desigualdad. Es una cuestión de política: se trata de saber si un sistema de enseñanza tiene como presupuesto unadesigualdad para "reducir" o una igualdad para verificar.

La razón no vive sino de igualdad. Pero la ficción social no vive másque los rangos y de sus incansables explicaciones. A quien habla deemancipación y de igualdad de las inteligencias, la razón respondeprometiendo el progreso y la reducción de las desigualdades: aún unpoco más de explicaciones, de comisiones, de informes, de reformas...y ya llegaremos allí. La sociedad pedagogizada está ante nosotros. Y a su modo irónico, Joseph Jacotot nos desea buenos vientos.

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