MARINA,JOSE ANTONIO / MARINA TORRES, JOSE ANTONIO
«A la gente le gusta sentir. Sea lo que sea», escribió Virginia Woolf. ¿Cómo vamos a desear sentir en abstracto, cuando sabemos que algunossentimientos son terribles, crueles, perversos o insoportables? Puesasí es. Nos morimos de amor, nos morimos de pena, nos morimos demiedo, nos morimos de aburrimiento, y, a pesar de la eficacia letal de nuestros afectos, la anestesia afectiva nos da pavor. Somosinteligencias emocionales. Nada nos interesa más que los sentimientos, porque en ellos consiste la felicidad o la desdicha. Actuamos paramantener un estado de ánimo, para cambiarlo, para conseguirlo. Son lomás íntimo a nosotros y lo más ajeno. No sentimos lo que querríamossentir. Somos depresivos cuando quisiéramos ser alegres. Nosreconcomen las envidias, los miedos, los celos, la desesperanza.Desearíamos ser generosos, valientes, tener sentido del humor, viviramores intensos, librarnos del aburrimiento, pero nos zarandeanemociones imprevistas o indeseadas. Incluso un sentimiento tantranquilo como la calma, nos «invade». Podría leerse la historia denuestra cultura como el intento de contestar a una sola pregunta: ¿Qué hacemos con nuestros sentimientos? El autor cree que, ante todo,conocerlos. Para ello se interna en el laberinto sentimental, con lacolaboración de la psicología más actual y de la filosofía de todoslos tiempos. Encuentra pasiones violentas y afectos tranquilos,sentimientos próximos y emociones exóticas. Estudia cómo el niñoconstruye su mundo sentimental, y cómo el adulto se encuentra viviendo en una casa tal vez inhabitable. En el laberinto se tropieza conilustres visitantes: Rilke, Kafka, Proust, Sartre, Rimbaud,Kierkegaard, Don Nepomuceno Carlos de Cárdenas, y un misteriosopersonaje llamado G.M. Las conclusiones son sorprendentes. Es posibleelaborar una ciencia de los sentimientos, sin necesidad decongelarlos. Los sentimientos son mensajes cifrados, cuyainterpretación nos permitiría conocer la ignorada textura de nuestrocorazón. «Son los portillos por donde se nos muestra el alma»,escribió Gracián. Un sentimiento es la holografía de nuestrapersonalidad. Todos los grandes asuntos de la psicología giranalrededor de este tema: el conocimiento, el deseo, los proyectos, elcarácter, la acción. Por ello la ciencia sentimental es también unaciencia práctica. Los hombres han querido siempre cambiar, dominar,mejorar su estado afectivo. ¿Es eso posible? ¿Es conveniente? Resultaque queriendo estudiar la vida emocional, el autor dice haberencontrado el origen de la ética, que no es más que la inteligenciapuesta al servicio de la afectividad.