Cuando Linus Daff tuvo que idear una excusa creíble para salvar a unamigo de las iras de su esposa, descubrió que tenía un don especial al que dedicaría el resto de su vida: inventar historias. Hasta élacudieron gentes de las más distintas clases sociales, víctimas de las encorsetadas normas del Londres victoriano, con un mismo fin,recomponer un pasado, montar una nueva vida o adecentar una oscurafortuna. Su gran imaginación, unida a un innato conocimiento de loscomportamientos humanos le facilitaron prestigio, fama y dinero. EnCuba inventará su última y más importante historia, la de su nuevavida.