Tres años después de sus andanzas en Quinteto de Buenos Aires, vuelveCarvalho. Y también vuelve Charo con la intención de orientar elfuturo del detective. A pocos meses del final del milenio, Carvalhovive una historia de amor, sectas, espionaje y muerte. Convocado paraseguir un curso de espía y reclamado por una extraña mujer que leenvía faxes, primero enigmáticos, luego enamorados, Carvalho convivecon la sospecha de que ha sido elegido para una finalidad que no puede controlar. Bajo el peso del eterno diseñador del mundo, el poder deldinero, el detective hace suya la ansiedad de Beckett: «Esto no esmoverse, esto es ser movido» y, por primera vez en su ya larga vidaliteraria asume su condición de instrumento para la tragedia.