«Esta es la crónica de un hombre caja. Acabo de empezar a redactaresta crónica dentro de una caja de cartón que, puesta sobre la cabeza, me cubre medio cuerpo con holgura, justo hasta la cintura. Es decir,el hombre caja, de momento, soy yo, acomodado dentro de la caja, elhombre caja redacta la crónica sobre el hombre caja.»¿Qué ve el hombre caja mientras deambula por la ciudad con la cabeza y el cuerpo cubiertos de cartón? ¿Qué ha pretendido al despojarse detodas sus pertenencias y señas de identidad? Una tras otra se sucedenlas imágenes deslumbrantes y las misteriosas escenas y, entre medias,la relación trastornada con el falso hombre caja y la pasióndesesperada por la enfermera...El lector de El hombre caja quedará atrapado en un laberintofantasmagórico, creado por los sucesivos y sugerentes trucos de KoboAbe, el novelista más experimental de Japón.