Prudence tiene seis años y está harta de recoger, de darse prisa, deobedecer... Por eso, cuando su madre la llama, ella prefiere escaparse a su propio mundo, un mundo hecho imágenes fantásticas y coloridas en el que no caben las palabras. Menos mal que el camino es de ida yvuelta...Un deslumbrante álbum ilustrado para soñadores de cualquier edad