«[El ser humano] constantemente se da miedo a sí mismo. Susmovimientos eróticos le aterrorizan. (?) No pienso que el hombre tenga la más mínima posibilidad de arrojar un poco de luz sobre todo esoantes de dominarlo», expone Georges Bataille en el Prólogo de esteensayo, obra de referencia indispensable. En ella Bataille nosdescubre que ese «algo» que tanto teme el hombre, su «animalidad oexuberancia sexual», es precisamente aquello «por lo que no podemosser reducidos a cosas», mientras que es nuestra «humanidad» en suactividad específica, el trabajo, lo que tiende a cosificarnos.