EL ENFERMERO DE LENIN

EL ENFERMERO DE LENIN

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$36.237
$28.989
IVA incluido
Importado Despacho 12 a 20 días hábiles
Editorial:
(084) PERIFERICA EDITORIAL
Año de edición:
Temática
Contemporanea
ISBN:
978-84-16291-46-5
Páginas:
272
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Peso:
375
Dimensiones:
210x135
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«Mi padre enloqueció durante veintiún días en el verano de 2011, trasuna operación rutinaria cuyas complicaciones siguen siendo, aún hoy,inexplicables. A lo largo de aquellas tres semanas aseguraba ser Lenin y pedía que lo trataran como tal, llegando a exigir que su informeclínico y las medicinas que le eran suministradas llevasen escrito elnombre de Vladímir Ilich Uliánov. Los médicos accedieron a semejantecambio identitario, aunque continuaron llamándole señor R., algo quesin duda le disgustaba. Por lo demás, su carácter apenas varió, seguía siendo el mismo hombre aguerrido y bromista que de costumbre.»He aquí una novela modélica para este tiempo de incertidumbres.«Modélica» por todo lo que nos revela en un tiempo sin revelacionesya. Pero no impositiva, sino cordial: porque propone diálogo. Lanovela de un trasterrado (en cierto modo), de alguien que es tanto deun lugar como de otro. Y, no menos importante, la novela (también) deun desclasado. El joven profesor universitario y su padre obrero ehijo y nieto de agricultores. De La Mancha a Cataluña, de la estéticadel arado a la Estética con mayúsculas.He aquí una novela de amor filial y de amor político. Una novela sobre la lucha de clases cuando ya quedan pocas fuerzas para la lucha,cuando ésta ha sido capitalizada por algunos partidos y ha sidoreducida a eslóganes.El padre está enfermo y vuelve a su lugar de origen, el hijo está«enfermo» de vida y de pasado, y también de deseo por saber y estar,como cuando era niño. Y se ríe de él mismo aún, y sigue teniendomiedo... pero ha aprendido a tenerlo. Es decir, a soportarlo.En estas páginas no se desdeña el humor ni cuando se habla de lamuerte o la locura, pero se hace de manera muy seria. Por fin, unlibro que nos hace sonreír en medio de la melancolía sin negar «laposibilidad de la revuelta».

«Mi padre enloqueció durante veintiún días en el verano de 2011, trasuna operación rutinaria cuyas complicaciones siguen siendo, aún hoy,inexplicables. A lo largo de aquellas tres semanas aseguraba ser Lenin y pedía que lo trataran como tal, llegando a exigir que su informeclínico y las medicinas que le eran suministradas llevasen escrito elnombre de Vladímir Ilich Uliánov. Los médicos accedieron a semejantecambio identitario, aunque continuaron llamándole señor R., algo quesin duda le disgustaba. Por lo demás, su carácter apenas varió, seguía siendo el mismo hombre aguerrido y bromista que de costumbre.»

He aquí una novela modélica para este tiempo de incertidumbres.«Modélica» por todo lo que nos revela en un tiempo sin revelacionesya. Pero no impositiva, sino cordial: porque propone diálogo. Lanovela de un trasterrado (en cierto modo), de alguien que es tanto deun lugar como de otro. Y, no menos importante, la novela (también) deun desclasado. El joven profesor universitario y su padre obrero ehijo y nieto de agricultores. De La Mancha a Cataluña, de la estéticadel arado a la Estética con mayúsculas.
He aquí una novela de amor filial y de amor político. Una novela sobre la lucha de clases cuando ya quedan pocas fuerzas para la lucha,cuando ésta ha sido capitalizada por algunos partidos y ha sidoreducida a eslóganes.
El padre está enfermo y vuelve a su lugar de origen, el hijo está«enfermo» de vida y de pasado, y también de deseo por saber y estar,como cuando era niño. Y se ríe de él mismo aún, y sigue teniendomiedo... pero ha aprendido a tenerlo. Es decir, a soportarlo.
En estas páginas no se desdeña el humor ni cuando se habla de lamuerte o la locura, pero se hace de manera muy seria. Por fin, unlibro que nos hace sonreír en medio de la melancolía sin negar «laposibilidad de la revuelta».

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