¿Quién es el dueño de una carta: el remitente, o el destinatario?Quizá el correo, en su trayecto al menos. ¿Quién es el dueño de laherida: el que la causa, o el que la padece? ¿No son caras los dos deuna misma moneda? O quizá el dueño es el sentimiento que les clava sudardo. Quien ama, quien es amado y el amor: ese arquero que los llagaa ambos, ese puente levadizo en que se encuentran y sedesencuentran... El dueño de la herida es el verdugo y es la víctima,es el idólatra y es su ídolo, pero, sobre todo, aquello que losvincula o los enfrenta, sea cual sea su nombre. Porque hay amores queno saben el suyo verdadero.