En muchos lugares sagrados existe el llamado cuarto de los milagros.Un espacio en el que los fieles dejan testimonio de curaciones yhechos portentosos ocurridos gracias a la intervención de serescelestiales: dioses, diosas, ángeles, etc. Manifestación popular de la relación ancestral entre creadores y creados. Pero es la mente humana el verdadero cuarto de los milagros. Esa infinita y sagradahabitación electroquímica donde puede suceder todo lo que queramos.Forjar, adorar y destruir mundos, dioses, civilizaciones y culturas.Crear todo lo que vemos, olemos o sentimos. Modelar nuestro entorno asu antojo. Crear lo que no vemos ni olemos ni sentimos, ni jamásexistirá físicamente.El espacio de las manifestaciones totales. Cuadradas, redondas,divinas, paganas, secas, mojadas, rojas y blancas. Un único medio deexistir. Todos poseemos un cuarto milagroso, extraordinario yparticular. En ese espacio nacen mis criaturas, creando mi propiamitología y sus singulares normas y relaciones. Un nuevo cuarto de los milagros material y gráfico que da otro testimonio de esa relaciónprimigenia, en un bucle sin fin entre la habitación interior y laexterior.Un día desaparecerá esa relación. Nos daremos cuenta de que lahabitación es solo una, en la que está contenido absolutamente todo:desde la primera hasta la última partícula infinitesimal. Lo sucedidosigue aquí y lo que viene ya llegó.