«Era difícil hablar [...], poseídos por un mar de palabras,enmudecíamos cuando estábamos juntos, caminábamos en silencio uno allado del otro por el camino de San Giovanni. Para mi padre laspalabras debían servir para confirmar las cosas, y como señal deposesión, para mí eran previsión de cosas apenas entrevistas, noposeídas, supuestas.»
De entre las obras que Italo Calvino tenía en proyecto, ésta estabadestinada a formar una serie de «ejercicios de la memoria». De losocho que el autor se proponía escribir, se reúnen aquí cinco, escritos entre 1962 y 1977. Un paisaje, una situación, un pensamiento desatanen Calvino el recuerdo imperfecto de un hecho o de una idea cuyaexistencia pasada no es lo que más le interesa, sino su desarrollo enla memoria, su incidencia en el presente. Así, por ejemplo, el caminoque su padre recorría todos los días, cuesta arriba hacia los campos y bosques del monte San Giovanni, determinó su irrefrenable tendencia a seguir, cuesta abajo, hacia la ciudad, el camino de la literatura. Otambién el ritual doméstico de sacar a la calle todas las noches labolsa de la basura le sugiere irónicamente, en La poubelle agréée, una serie de brillantísimas variaciones sobre el tema de la purificaciónde las escorias y las decantaciones de la memoria.