En este ameno y breve tratado que lleva por título El arte de tenerrazón -o, más propiamente, de «salirse uno con la suya» en lasdiscusiones-, Arthur Schopenhauer (1788-1860) se propone explicar cómo podemos hacer que triunfen nuestras tesis al margen de su falsedad osu inconsistencia. Como explica el preparador del texto, Franco Volpi, en el ensayo que clausura el volumen («Schopenhauer y ladialéctica»), el fundador del pesimismo señala que no es lo mismo laverdad objetiva de una proposición y su aprobación por los que ladiscuten. Debido a la perversidad natural del ser humano, en lasdisputas cotidianas no se procura, en efecto, que la verdad salga a la luz, sino que cada contendiente se afana en que se le dé la razón. En este opúsculo Schopenhauer busca, con gran ingenio, asistir a loshombres en tal inclinación.
En este ameno y breve tratado que lleva por título El arte de tenerrazón -o, más propiamente, de «salirse uno con la suya» en lasdiscusiones-, Arthur Schopenhauer (1788-1860) se propone explicar cómo podemos hacer que triunfen nuestras tesis al margen de su falsedad osu inconsistencia. Como explica el preparador del texto, Franco Volpi, en el ensayo que clausura el volumen («Schopenhauer y ladialéctica»), el fundador del pesimismo señala que no es lo mismo laverdad objetiva de una proposición y su aprobación por los que ladiscuten. Debido a la perversidad natural del ser humano, en lasdisputas cotidianas no se procura, en efecto, que la verdad salga a la luz, sino que cada contendiente se afana en que se le dé la razón. En este opúsculo Schopenhauer busca, con gran ingenio, asistir a loshombres en tal inclinación.