Emma Goldman (1869-1940) fue, junto con Rosa Luxemburgo, larevolucionaria más importante de finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Luchadora indomable de ideología anarquista, tan admiradacomo temida, Goldman tuvo una vida azarosa con motivo de sus ideas ysu beligerancia, que hacen de ella una fuente fundamental para elactivismo social, estudiantil y feminista y la lucha política tantodel siglo XX como de nuestros días. Su admiración por el empuje delanarquismo español y la actividad de figuras como Ferrer Guardia lallevó a mantener una relación especial con nuestro país. El anarquismo y otros ensayos (1910) -libro que, en palabras de la autora, debe«hablar por sí mismo»- reúne sus puntos de vista y sus propuestasacerca de asuntos fundamentales en la lucha social ayer como hoy, como la violencia política, las instituciones carcelarias, el patriotismofrente a la libertad, las iniciativas pedagógicas, la libertad-sexual, institucional, de sufragio- de la mujer, y el poder delteatro como divulgador de las ideas.Introducción de Ana Muiña
Emma Goldman (1869-1940) fue, junto con Rosa Luxemburgo, larevolucionaria más importante de finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Luchadora indomable de ideología anarquista, tan admiradacomo temida, Goldman tuvo una vida azarosa con motivo de sus ideas ysu beligerancia, que hacen de ella una fuente fundamental para elactivismo social, estudiantil y feminista y la lucha política tantodel siglo XX como de nuestros días. Su admiración por el empuje delanarquismo español y la actividad de figuras como Ferrer Guardia lallevó a mantener una relación especial con nuestro país. El anarquismo y otros ensayos (1910) -libro que, en palabras de la autora, debe«hablar por sí mismo»- reúne sus puntos de vista y sus propuestasacerca de asuntos fundamentales en la lucha social ayer como hoy, como la violencia política, las instituciones carcelarias, el patriotismofrente a la libertad, las iniciativas pedagógicas, la libertad-sexual, institucional, de sufragio- de la mujer, y el poder delteatro como divulgador de las ideas.Introducción de Ana Muiña