En los últimos años el mercado mundial de la cosmética y la perfumería de lujo han reinventado su manera de dirigirse a un público cada vezmás exigente y elitista que demanda algo más que productos exclusivos. Como consecuencia de este cambio las grandes marcas orientan susestrategias de venta y promoción hacía artículos de gama alta,elaborados con materias primas de primera calidad, y que ademásaporten un valor psicológico de sofisticación y exclusividad. Ya nobasta con ofrecer la mejor crema, el maquillaje más glamoroso o elperfume más sensual.