«Drácula, luz de mi vida, fuego de mis entrañas...» Esta es la obraque jamás habría escrito Stoker. Un legendario vampiro aquí convertido en un atractivo interlocutor que narra las claves de su otra...¿vida? Alfredo Baranda revisa, con una irreverente originalidad yambición estética, un mito que en sus manos se reviste deinsospechados matices, hasta trascender sin complejos las más rígidasy manidas convenciones de un género inagotable. Celebridades delpasado desfilan por estas páginas diseccionadas por el verbo fluido de un Drácula cáustico y delirante, reflexivo y desenfadado, arrogante y tierno, cruel y seductor... un personaje, en definitiva, tan complejo y laberíntico como el humano del que ha surgido y del que quizá nologre desencadenarse nunca del todo.