DIOS, CIENCIA Y FILOSOFÍA

DIOS, CIENCIA Y FILOSOFÍA

-20%
$32.845
$26.276
IVA incluido
Importado Despacho 12 a 20 días hábiles
Editorial:
(118) ALMUZARA EDITORIAL
Año de edición:
ISBN:
978-84-17954-56-7
Páginas:
144
Encuadernación:
Otros
Idioma:
Castellano
-20%
$32.845
$26.276
IVA incluido
Importado Despacho 12 a 20 días hábiles

¿Por qué hablar de Dios? ¿Tiene aún hoy sentido esta idea? ¿No ha sido completamente desterrada por la visión científica del mundo, queparece relegarla a un estadio superado de la evolución de nuestraconciencia? Lo que antes le atribuíamos, ¿no se ha convertido enobjeto de explicaciones cuantificables, sin necesidad de apelar acausas sobrenaturales? ¿Debemos por fin renunciar a pensar en Dios, otodavía es posible reinterpretar esta noción milenaria a la luz delconocimiento científico y de la reflexión filosófica? ¿Pueden lacosmología, la neurociencia y el arte aportar algo al intento deconstruir un nuevo significado para la idea de un ser superior? ¿Sonla razón y la imaginación fuerzas opuestas en esta tentativa?Desde la física, la teoría de la evolución y la filosofía, CarlosBlanco propone una nueva idea de Dios como concepto límite de la mente humana. A diferencia de las religiones monoteístas, que encuentran en Yahvé, Jesucristo o Alá las respuestas metafísicas últimas a losgrandes misterios del mundo, en este libro lo divino se presenta comouna pregunta abierta para la ciencia y para la filosofía, no como undogma cerrado, sino como el horizonte de lo desconocido, queinevitablemente se amplía conforme avanza el de lo conocido, puessiempre podemos preguntar más de lo que podemos responder. No se trata de un Dios personal, hecho a imagen y semejanza del hombre parasatisfacer nuestros deseos, sino de un Dios filosófico, equivalente al orden matemático de la naturaleza y a las posibilidades que de él sederivan.En una síntesis de razón e imaginación, lo divino aparece como eltérmino de un proceso de búsqueda y de interrogación que proyecta lamente humana, producto de la evolución natural, hacia un límitepotencialmente infinito en su comprensión del universo y de ellamisma. Dios sería entonces nuestra mente volcada al futuro. Persiste,eso sí, la gran pregunta: ¿estamos ante un constructo de nuestrocerebro? ¿Por qué no dejamos de plantearnos la pregunta sobre Dios?¿Dónde hunde sus raíces la necesidad de cuestionarse continuamente larealidad? ¿Por qué tantas preguntas?