AA.VV
La representación del ser humano es casi tan antigua como la historiadel arte. Bosquejar una figura humana no solo significa capturar sumaterialidad, sino también atrapar visualmente su motricidad, susgestos y sus emociones, como si de un pensamiento fugaz se tratara.Plasmar todo esto en una hoja de papel es una habilidad que puedeentrenarse y perfeccionarse, y esto es precisamente lo que explicanPeter Boerboom y Tim Proetel en este libro: una serie de métodoslúdicos y analíticos que invitan tanto a principiantes como aprofesionales a descubrir y a practicar la representación de la figura humana en todas sus vertientes.