¿Es la ciencia un modo de entender el mundo que lo priva de cualquiersentido poético? ¿Se esfuma todo atisbo de magia en cuanto elcientífico desentraña el funcionamiento de la naturaleza? CuandoNewton, con un simple prisma, descompuso la luz blanca en el espectrode colores que se oculta tras ella, ¿despojó de lirismo al arco iris,como le recriminó Keats en un célebre poema? Desde la astronomía y lagenética hasta el lenguaje y la realidad virtual, Richard Dawkins nosdemuestra -y nos convence con ejemplos irreprochables- que la cienciatambién entraña belleza, y que el descubrimiento de los mecanismos que rigen los fenómenos naturales no sólo no destruye su poesía sino quela ensalza, revelándonos aspectos sorprendentes que de ninguna otramanera podríamos apreciar o imaginar. Con un enorme caudal de citaspoéticas, Destejiendo el arco iris sugiere que puede aprenderse muchode los poetas, que la ciencia debería saber recurrir a imágenes ymetáforas inspiradoras que facilitarían una comprensión profunda y una investigación fértil. Pero además de un manifiesto a favor de lapoesía de la ciencia, Destejiendo el arco iris es también un alegatocontundente contra los abusos de las seudociencias y un ataque contralos astrólogos, cartomantes y espiritistas que manipulandeshonestamente la credulidad y el ansia de sorpresa innatas en el ser humano. Una crítica, en definitiva, contra la «mala poesía» dealgunas teorías, que en el texto se desmontan con pormenor.