RUBIANES, PEPE / RUBIANES ALEGRET, PEPE
Lo primero que vio Pepe fue el mar. Desde su más temprana edad escuchó de don Pepe, su padre marinero, las más fascinantes historias allende de lo conocido. Pero el destino no lo arrastró hacia el mar que veía, el Atlántico, sino al que aguardaba a sus espaldas, elMediterráneo.
Su padre le inoculó el gusto por la comedia desde la pensión RubíPrat, en el passatge de la Pau de Barcelona, que regentó junto aLoliña, su madre. Rubí Prat sirvió de escenario para representar susprimeros números mientras saboreaba la comida o la cena, conocíagentes de todo el mundo y se disfrazaba de cura o de torero.
En sus correrías adolescentes por el Somorrostro junto a Carmen, suhermana, oyó el eco del flamenco, además de ver, todos los domingos,cómo los transatlánticos repletos de soñadores partían al otro ladodel océano.
Con el tío Lelo, hermano de su padre y mago de la pensión, degustó los parajes más bohemios de la ciudad, teatros y bares de alterne. Mástarde, con la lectura de los grandes poetas del 27, hizo suya labelleza y el gusto por la palabra. Entretanto escuchaba lasbarbaridades del adoctrinamiento franquista. Tras oír de un profesor«Tú no servirás para nada», no hizo otra cosa que subir a losescenarios: Teatro de la ONCE, en la calle Avinyó, en el TUC (TeatreUniversitari de Catalunya) y en el Colegio Núria, en el barrio de LaBonanova. Y así, hasta...
Pepe se olía el futuro más allá de sus fronteras y, tras su paso porDagoll Dagom, su Antaviana, ciertos desenfrenos y su estancia enMadrid, a los veinticinco años decide romper con todo e iniciar superiplo particular a Cuba y a Colombia. Sobre todo a Cuba, dondecosechó su primer gran éxito, Pay-Pay.
De vuelta a casa, el cosquilleo por ser un comediante se hizo tanintenso que los escenarios serán ya para siempre su nuevo hogar.
Los éxitos se suceden: No hablaré en clase, Las tapas, El niño bueno,Pay-Pay, La pasión de Cristo, Solamente Rubianes, Lorca eran todos, La sonrisa etíope, etcétera. Pero los viajes también: decenas de veces a Kenia y muchas a Egipto y Etiopía, los países del Este y Cuba,siempre Cuba.
La vida de Pepe, poco a poco, toma forma de tienda de campaña en lafalda del Kilimanjaro, escuchando el rugido de los leones, viendo suscimas nevadas, oliendo la hierba mojada, saboreando y entonando el«Jambo Bwana» y el «Kenya Jambo, hakuna matata Asante Sana».
El 1 de marzo del 2009, se apaga su voz. Desde entonces, notamos losescenarios oscuros, y el polvo de las butacas vacías se acumula yhuele.
Estimado lector, Pepe decidió abandonar de una vez por todas losteatros y, «después de despedirse del público», se ha instalado parasiempre en una mágica pensión, la que ahora tienes en tus manos.