Dejar de ser nació como una necesidad de extinguirse. De convertirseen una cosa nueva. De crecer y dejar atrás lastres y viejas rutinasdel alma. Las páginas de este libro suponen una exhaustiva búsqueda,pero también un duro camino de autodescubrimiento: conocerse ysentirse, aceptarse, pero también cambiar, fundirse con otra persona y dar nacimiento a lo que podríamos llamar un ser nuevo. También sepuede entender así: dejar que la erosión del tiempo arrastre la capasuperior de los sedimentos adheridos a la memoria, para que de estaforma (y sólo quizás), podamos redescubrir un viejo yo que ya estabaperdido. O podamos dar lugar a un nuevo yo que no es ni el viejo ni el nuevo sino una triunfal suma de los dos.