Los maestros de interpretación no enseñan a triunfar, enseñan eloficio y echan al actor al mundo, dice Bernardo Hiller en este libroque condensa su experiencia de casi 40 años como actor y su métodocomo celebrado coach de actores. Porque parece que en el mundo de lainterpretación es de mal gusto hablar de cosas como el dinero, losagentes, los castings... es decir, los elementos más pragmáticos de la carrera actoral. Hiller ofrece una serie de consejos y ejerciciospara alcanzar el «triunfo» en el negocio del espectáculo.
¿Qué tiene uno de especial que ofrecer a la industria? Pues todo,porque cada uno es único. Hiller alienta a sus alumnos a serdiferentes y auténticos: es imposible ser un buen actor si uno no es«la estrella» en su propia vida, y su técnica se basa en poner ordenen los miedos e inseguridades que impiden a un actor actuar de formaauténtica y le reducen a hacer falsas imitaciones de los sentimientos. Insiste en la necesidad del trabajo sobre la vida personal y laaceptación como principal herramienta para alcanzar los objetivos.