A veces, el amor echa raíces en lugares inesperados... si se le dejacrecer.
Colin Riordan llegó a Virgin River para recuperarse de un espantosoaccidente de helicóptero que le había dejado cicatrices por dentro ypor fuera. Su familia era un apoyo maravilloso, pero era en la pintura donde hallaba verdadero consuelo para su alma atormentada.
Herida en lo profesional y en lo personal por una desastrosa aventuraamorosa, la publicista Jillian Matlock había alquilado una viejacasona victoriana en Virgin River. La casa tenía un huerto prometedory Jillian quería dedicarse a cosechar algo que no fueran simplesbeneficios.
Los dos buscaban simplificar sus vidas, no complicarlas, pero cuandoJillian encontró a Colin pintando en su jardín entre ellos surgió unaatracción inmediata. Y, en Virgin River, a veces el amor era el camino más fácil de tomar...
Carr ha acertado de lleno con esta serie cautivadora
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