Igort pone de relieve algunos de los episodios más oscuros del régimen de la antigua Unión Soviética y de la Rusia de nuestros días en estebrillante ejercicio de reportaje gráfico. Tras varios años visitandoUcrania, Rusia y Siberia para recabar las versiones de lossupervivientes y testigos del régimen soviético, Igort sintió lanecesidad de iluminar dos épocas de la historia reciente -la hambrunaen Ucrania de principios del siglo pasado y el asesinato de laperiodista y activista rusa Anna Politkóvskaya en 2006-, a través deun reportaje gráfico de profunda humanidad. Testigo e intérprete delos hechos, Igort alcanza en Cuadernos ucranianos y rusos una alturainusitada en el género del reportaje gráfico. Y con su elegancia yhonestidad habituales, pone de relieve algunos de los episodios másoscuros del régimen de la antigua Unión Soviética y de la Rusia denuestros días.
Igort pone de relieve algunos de los episodios más oscuros del régimen de la antigua Unión Soviética y de la Rusia de nuestros días en estebrillante ejercicio de reportaje gráfico. Tras varios años visitandoUcrania, Rusia y Siberia para recabar las versiones de lossupervivientes y testigos del régimen soviético, Igort sintió lanecesidad de iluminar dos épocas de la historia reciente -la hambrunaen Ucrania de principios del siglo pasado y el asesinato de laperiodista y activista rusa Anna Politkóvskaya en 2006-, a través deun reportaje gráfico de profunda humanidad. Testigo e intérprete delos hechos, Igort alcanza en Cuadernos ucranianos y rusos una alturainusitada en el género del reportaje gráfico. Y con su elegancia yhonestidad habituales, pone de relieve algunos de los episodios másoscuros del régimen de la antigua Unión Soviética y de la Rusia denuestros días.