Culta, comprometida con el feminismo, de familia acomodada ymentalidad progresista, Constance Lloyd se convirtió en celebrity araíz de su matrimonio con uno de los hombres más brillantes de sutiempo, aunque supo defender su propia parcela creativa en el campoliterario y las artes decorativas. Madre de dos hijos, al compartir la vida de Wilde compartió también su destino: la caída de una figuraestelar, chivo expiatorio de la hipocresía victoriana. En elcementerio protestante de Génova un sencillo monumento funerario evoca la memoria de Constance Holland (1859-1898). Aunque sobre una brevecita bíblica en su día sólo se grabó un nombre, «Constance Mary, hijade Horace Lloyd», en 1960 a la enigmática inscripción se añadió otra,escueta pero muy reveladora: «Esposa de Oscar Wilde». La sepulturaplantea un auténtico enigma cuyas claves Franny Moyle se ocupa dedesvelar en esta biografía.Constance es el retrato de una época, pero sobre todo nos permitecomprender la insólita y trágica peripecia vital de una de las mujeres más conocidas de la Gran Bretaña de finales del XIX. Una mujerfuerte, cuyo lema fue Qui patitur vincit: Quien sabe sufrir, triunfa.