Cuando nos despertamos con un antojo, unos huevos benedicitinos con marraqueta; cuando se planifica una junta con los amigos, un borgoña fresquito; cuando hace un frío que pela, unas sopaipillas pasadas. Imaginamos con sabor, pensamos con la guata. Pero a veces se acabaron las marraquetas, no es temporada de frutillas o no hay zapallo, ¿qué se puede hacer entonces? Bueno, esas son las soluciones que plantea este libro que, pensado según los lugares donde uno va a comprar —como la feria, la pescadería, la carnicería o el súper—, te guiará en la búsqueda de los ingredientes que estarán ahí, al alcance de tu mano, para combinarlos de la forma más sabrosa.
Eso sí, tienes que poner algo de tu parte: sácate el pijama y sal en esa búsqueda, pero no vayas solo con una receta en la mente sino atento a los ingredientes que van a ir saltando a tu vista, hasta que alguno combine apetitosamente con el pescado, la verdura o el pedazo de carne que más te tiente. Esto, más los trucos y consejos del autor, te darán las claves para preparar comida rica.
Y ¿qué es comida rica? Esa que casi nunca se ve, porque después los platos quedan vacíos.
