APARICIO, R. / ÁNGEL APARICIO RODRÍGUEZ
Traducir de una lengua a otra es sumamente difícil. Si la lenguaemisora es el hebreo y la receptora el español, lo difícil se tornacomplejo. Es el caso de los Salmos y del Cantar de los cantares. Elhebreo y el español ni siquiera pertenecen a la misma familialingüística. Ambos libros acumulan tantas dificultades que, paratraducirlos de forma inteligible, era frecuente recurrir a lasconjeturas. Se traicionaba así el texto emisor y se descuidaba labúsqueda de la Hebraica Veritas, en expresión de san Jerónimo. Serfiel al texto hebreo, respetar el texto consonántico, preguntar alenguas afines al hebreo (como el ugarítico, el fenicio o el eblaíta), interrogar a los diccionarios, comentaristas y traductores actuales,son deberes de quien busca la Hebraica Ventas. Mientras inquiere, sepregunta: ¿qué dice el texto?, y ¿cómo lo diré en mi lengua? El lector del presente libro tiene ante sí una traducción dinámica de losSalmos y del Cantar. La pregunta por la Hebraica Ventas, junto con elrecurso a los medios mencionados, es constante a lo largo del texto.