COCIDO Y VIOLONCHELO

COCIDO Y VIOLONCHELO

-20%
$34.452
$27.561
IVA incluido
Importado Despacho 12 a 20 días hábiles
Editorial:
RANDOM HOUSE
Año de edición:
ISBN:
978-84-397-3959-3
Páginas:
200
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
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Un elogio en voz alta de dos de los principales placeres que nosayudan a sobrellevar nuestro tiempo en la tierra: la música y lacomida. Mercedes Cebrián decide aprender a tocar el violonchelo a unaedad a la que, al parecer, ya es tarde para ser principiante. Emprende así una curiosa aventura acarreando en la espalda un instrumento poco popular en España que la lleva desde academias de música y orquestasde aficionados hasta talleres de luthiers que huelen a cocido reciénhecho. La autora indaga en la naturaleza de la música, a la par queobserva con lupa y cáustico sentido del humor un pequeño mundo dondedesfilan talentos en ciernes o aficionados que luchan para sacarlebuen sonido a sus instrumentos. Y por el camino nos invita a pasearpor una Rusia mental idealizada, con sus instrumentistas y gimnastasvirtuosas, por el extraño submundo de los niños prodigio expuestos enlas redes por sus madres, o por mesones castizos que sirven platos detoda la vida, desde la España postfranquista hasta la pandémica, en la que, para muchos, dedicar horas a desempolvar una vieja afición hasido vital para mantener la cordura. Cocido y violonchelo es eserecinto amplio y cómodo donde la desmesura y la obsesión por lasactividades que nos proporcionan placer son atributos de los queenorgullecerse. Este es, en definitiva, un testimonio perspicaz,erudito y ameno de las ganas irrefrenables de sacarle el jugo a lavida. La crítica ha dicho...«Detecto en pocos párrafos a los escritores que tienen buen oído ybuen diente. Me tardo un poco más, páginas, en detectar el buendiscernimiento y el dominio del instrumento llamado idioma castellano, pues últimamente la tontería y la incompetencia gramatical, lexical y sintáctica se esconden en frases breves, con hipo. Este libro deMercedes Cebrián tiene todas las cualidades que me seducen en la buena escritura: buen oído, buen diente, inteligencia y dominio cómodo ynatural del instrumento. Se lee como quien escucha una sonataescurrirse mientras paladea una pasta perfecta.» Héctor AbadFaciolince «Frívolo como una suite de Bach y profundo como un cocidoen agosto, este tratado autobiográfico de música y gastronomía no esapto para remilgados ni puristas. Para todos los demás es undisfrute.» Sergio del Molino «En un momento de la lectura de estelibro he sentido la emoción de estar inmersa en una novela deaventuras: los delicados pasos hacia el encuentro de lo que la mueve a una a existir bien. Suspendamos por un momento la literatura que serevuelca en la angustia existencial, y romanticemos en cambio estabúsqueda del placer y la caricia del alma. Cocido y violonchelo nosofrece un mullidísimo almohadón desde el que contemplar el recorridode una pasión y apasionarnos con él, un mueble ergonómico desde el que se escuchan dos melodías que se entrecruzan para formar una sola: las escalas interminables de un violonchelo, tocadas con gusto y empeño,y el suave sorber de una boca sobre el tuétano a la brasa.» SabinaUrraca Sobre su obra anterior se dijo: «La mirada que Mercedes Cebrián dirige al mundo en estas narraciones revela una originalidadinsospechada, aquella que se deriva de saber lo que es la literatura y actuar en consecuencia. [...] Un hallazgo.» Juan Ángel Juristo, ABC«Mercedes Cebrián es como una Georges Perec con faldas, como unaRodrigo Fresán menos caudalosa, como una Felisberto Hernándezigualmente interesada por lo inquietante y apenas un poco menoschiflada o como una César Aira que no hubiese renunciado a perder elcontrol de lo que narra, pero su voz es rigurosamente personal.»Patricio Pron, Elboomeran.com

Un elogio en voz alta de dos de los principales placeres que nosayudan a sobrellevar nuestro tiempo en la tierra: la música y lacomida. Mercedes Cebrián decide aprender a tocar el violonchelo a unaedad a la que, al parecer, ya es tarde para ser principiante. Emprende así una curiosa aventura acarreando en la espalda un instrumento poco popular en España que la lleva desde academias de música y orquestasde aficionados hasta talleres de luthiers que huelen a cocido reciénhecho. La autora indaga en la naturaleza de la música, a la par queobserva con lupa y cáustico sentido del humor un pequeño mundo dondedesfilan talentos en ciernes o aficionados que luchan para sacarlebuen sonido a sus instrumentos. Y por el camino nos invita a pasearpor una Rusia mental idealizada, con sus instrumentistas y gimnastasvirtuosas, por el extraño submundo de los niños prodigio expuestos enlas redes por sus madres, o por mesones castizos que sirven platos detoda la vida, desde la España postfranquista hasta la pandémica, en la que, para muchos, dedicar horas a desempolvar una vieja afición hasido vital para mantener la cordura. Cocido y violonchelo es eserecinto amplio y cómodo donde la desmesura y la obsesión por lasactividades que nos proporcionan placer son atributos de los queenorgullecerse. Este es, en definitiva, un testimonio perspicaz,erudito y ameno de las ganas irrefrenables de sacarle el jugo a lavida. La crítica ha dicho...«Detecto en pocos párrafos a los escritores que tienen buen oído ybuen diente. Me tardo un poco más, páginas, en detectar el buendiscernimiento y el dominio del instrumento llamado idioma castellano, pues últimamente la tontería y la incompetencia gramatical, lexical y sintáctica se esconden en frases breves, con hipo. Este libro deMercedes Cebrián tiene todas las cualidades que me seducen en la buena escritura: buen oído, buen diente, inteligencia y dominio cómodo ynatural del instrumento. Se lee como quien escucha una sonataescurrirse mientras paladea una pasta perfecta.» Héctor AbadFaciolince «Frívolo como una suite de Bach y profundo como un cocidoen agosto, este tratado autobiográfico de música y gastronomía no esapto para remilgados ni puristas. Para todos los demás es undisfrute.» Sergio del Molino «En un momento de la lectura de estelibro he sentido la emoción de estar inmersa en una novela deaventuras: los delicados pasos hacia el encuentro de lo que la mueve a una a existir bien. Suspendamos por un momento la literatura que serevuelca en la angustia existencial, y romanticemos en cambio estabúsqueda del placer y la caricia del alma. Cocido y violonchelo nosofrece un mullidísimo almohadón desde el que contemplar el recorridode una pasión y apasionarnos con él, un mueble ergonómico desde el que se escuchan dos melodías que se entrecruzan para formar una sola: las escalas interminables de un violonchelo, tocadas con gusto y empeño,y el suave sorber de una boca sobre el tuétano a la brasa.» SabinaUrraca Sobre su obra anterior se dijo: «La mirada que Mercedes Cebrián dirige al mundo en estas narraciones revela una originalidadinsospechada, aquella que se deriva de saber lo que es la literatura y actuar en consecuencia. [...] Un hallazgo.» Juan Ángel Juristo, ABC«Mercedes Cebrián es como una Georges Perec con faldas, como unaRodrigo Fresán menos caudalosa, como una Felisberto Hernándezigualmente interesada por lo inquietante y apenas un poco menoschiflada o como una César Aira que no hubiese renunciado a perder elcontrol de lo que narra, pero su voz es rigurosamente personal.»Patricio Pron, Elboomeran.com

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