En ocasiones, las personas son víctimas de sus propios actos. Otras,simplemente lo son de la fatalidad. Como Guitou, cuya única culpa fueamar a una bella joven de origen argelino. Un amor que le llevó aestar en el sitio equivocado en el momento menos oportuno. A ver aquien no tendría que haber visto jamás. Fabio Montale abandonará suapacible retiro para buscarle, para averiguar el porqué de su absurdamuerte. Pero en el curso de la investigación se verá inmerso en unacompleja trama de mafias e integrismos que va dejando en el camino los cadáveres de su amigo Serge, del arquitecto Adrien Fabre, de Pavie,de demasiada gente. Y de fondo, como siempre, Marsella, sus calles,sus olores, sus sabores, omnipresente protagonista de un drama en elque resulta difícil precisar los límites entre el bien y el mal. Comoen la vida misma.
Segunda entrega de la trilogía centrada en la figura del detectiveFabio Montale y con la ciudad de Marsella como omnipresenteprotagonista, que encumbró a Jean-Claude Izzo como el más destacadorepresentante de la novela negra francesa. Una compleja trama demafias e integrismos que irán dejando en el camino demasiadoscadáveres.