Libro sujeto durante mucho tiempo al cliché que busca situar a estaregión de España como el eje de su devenir histórico, ", Castilla", (1912) es, sin embargo, una obra en la que laten conceptos como el eterno retorno formulado por Nietzsche o la intrahistoriaunamuniana. No hay tanto presencia expresa de Castilla en este libro,ni evocaciones o añoranzas del pasado, como indagación de un país ensu presente vivo y en su permanencia, así como la preocupación deAzorín (1873-1967) por los pueblos y las gentes de España, cuyo atraso y miseria no se esconde. Pero, sobre todo, lo que hay es literatura.«Azorín -concluye en su prólogo Jorge Urrutia- no es en este libro unconservador, sino todo lo contrario, aunque, eso sí, todo lo centre en la literatura, el vaso y crisol de lo permanente.»