Treinta años después de la explosión en Madrid de los bares nocturnosen que durante años se desenvolvió, primero, la "movida" y, más tarde, buena parte de las actividades, lícitas o ilícitas, de la ciudad, uno de ellos (el Burbujas de Oro, frecuentado aún por Antonio Carpintero, más conocido como Toni Romano) se encuentra, como antes otros muchos, al borde del abismo. A Silverio, el hijo de la dueña, Juanita (aquienes ya conocemos de "Adiós, princesa"), y quizás de Toni, se lepresenta la ocasión de ganar un dinero interesante si logra hacersecon unos diamantes procedentes de un siniestro coronel senegalés.Silverio no es el ya añoso investigador, pero el temple y el carácterde su posible progenitor sin duda lo acompañan a través de un periploen el que quedan al descubierto mafias honorables y numerosascorruptelas.