Entre 1987 y 2007 el número de pacientes con discapacidad porenfermedad mental se había casi triplicado, en paralelo a unespectacular aumento en la producción de droga psicotrópica. Parececomo si estos psicofármacos fueran "balas mágicas" que dejan fuera dejuego a la enfermedad mental, regresando a los pacientes a las filasde la ciudadanía productiva. Pero numerosos estudios clínicospublicados hace más de 50 años en prestigiosas revistas científicas,revelaban una anomalía sorprendente: en repetidas ocasiones, lasdrogas psiquiátricas empeoran la enfermedad mental, y disparan losriesgos de daño hepático, de aumento de peso, de colesterol, o deazúcar en la sangre.