Rebecca tiene 32 años. Su novio, Julian, es un abogado de éxito,guapo, elegante y con dinero. Viven juntos desde hace tiempo y les vabien. Pero entonces, ¿qué necesidad tiene ella de estar vestida denovia en medio de flores, regalos y nervios mientras sus amigas,Anouska y Kate, hacen de ángel y demonio, respectivamente, susurrandoen sus oídos, mientras Julian espera frente al altar?Una ventana losuficientemente grande es toda una invitación... Por si acaso, la boda tendrá que esperar.