Entre febrero de 1935 y julio de 1936, Roberto Arlt publicaría en eldiario porteño El Mundo, en el que colaboraba desde 1928, y gracias al cual alcanzó una inmensa fama, más de doscientas columnas, en lasección «Aguafuertes Españolas». En ellas relató sus andanzas a lolargo y ancho de la península e incluso su salto al continenteafricano para visitar Tánger, Ceuta y Tetuán. Toda una aventura que le llevaría a mil y una situaciones festivas y peligrosas, a descubrirla liturgia religiosa y el frenesí político que se respiraba a laspuertas de la Guerra Civil.