Podíamos ser sugerentes y lanzarnos a olfatear el vacío al que cayeran otros. Pero yo no tuve esa suerte.Mudar la piel en la boca de otra persona y crecer vísceras dentro deella. Como se supone debe ser, no nacimos caminando, sinoataviados con el dedo rodeándonos la mano.Un mundo propenso a fomentar el habla, perjudique a quien le toqueperjudicar.Y luego nada. Oblivion. Tragar a cucharadas el vuelo de un olvido enel que separar ambas partes de una historia. Como las piernas.Podíamos vociferar tan agudo, tan rugido en medio de la única decisión con que revestirles de irreverencia. Tocar o no tocar.Una sola decisión: ¿cuál de las partes va primero?He mirado atrás con la desesperación del presente arañándome lasentrañas. Y no he salido huyendo.