Se diría que es la figura de Von Archimboldi, un enigmático escritoralemán, el hilo secreto que cosería entre sí las cinco «partes» de que se compone 2666, sin duda la obra maestra de Roberto Bolaño. Unafecha en cuya perspectiva tan remota debe ordenarse la impresionantemaraña de destinos, de personajes, de líneas argumentales y genéricas, una vastísima constelación marcada por el signo de la pérdida y delolvido, de la insignificancia, de la desmesura inútil, de laequivocación y del malentendido. Desde las ruinas de Europa,recorridas en vertiginosos travelling, hasta el desierto de Sonora,donde, viene sucediéndose una interminable cadena de asesinatos demujeres, la novela propone un recorrido abismal, amortiguado entrecarcajadas, por una cultura y una civilización en derrota, en las quela literatura continúa invocando el simulacro de una redención. Unaobra maestra, indiscutiblemente la mejor novela de un autorexcepcional. En palabras de Susan Sontag «el más influyente y admirado novelista en lengua española de su generación. Su muerte, a loscincuenta años, es una gran pérdida para la literatura».