1598: LA PESTE EN VIGO

1598: LA PESTE EN VIGO

$32.845
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
ELVIRA EDITORIAL
Año de edición:
ISBN:
978-84-120562-5-9
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
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Siempre he disfrutado reconstruyendo el pasado y estavez el azar me llevó a él. Husmeando en una almoneda próxima a lapraza da Constitución, encontré a buen precio un viejo misal. Alpasar sus páginas, descubrí un pergamino plegado. Al leerlo, comprendí que era parte de un diario fechado en 1598 firmado porGregorio Servido, prior de la Colegiata de Vigo.El pergamino daba fe de una época aciaga en nuestra ciudad y era laprimera pieza de un puzle que me llevó a Portugal. Allí,además de saber de aspectos poco conocidos de la guerra contraNapoleón, encontré la crónica más antigua de Vigo escrita por el prior de la Colegiata y guardada celosamente en un cajoncillo de sureclinatorio. El reclinatorio había salido del templo mientrasduraron las obras de reconstrucción tras la explosión de un polvorínen 1813, pero nunca había regresado.Cuando revivía con el prior los años de hambre, guerra y peste definales del siglo XVI, me di cuenta de que yo también, en 2020,estaba siendo testigo de otra epidemia que azotaba nuestra ciudad, elcoronavirus.En el otoño de 1598, la peste hizo estragos en Vigo.Las calles estaban vacías, los mercados cerrados, y el Juez,que era como entonces se llamaba el alcalde, ordenó que nosalejáramos unos de otros. En la primavera de 2020, la consigna de lasautoridades también era que nos separáramos unos de otros y losvecinos apenas salían de sus casas. Sorprendentemente, mi testimoniose parecía mucho al que había dejado escrito hace más decuatrocientos años Gregorio Servido.

Siempre he disfrutado reconstruyendo el pasado y estavez el azar me llevó a él. Husmeando en una almoneda próxima a lapraza da Constitución, encontré a buen precio un viejo misal. Alpasar sus páginas, descubrí un pergamino plegado. Al leerlo, comprendí que era parte de un diario fechado en 1598 firmado porGregorio Servido, prior de la Colegiata de Vigo.El pergamino daba fe de una época aciaga en nuestra ciudad y era laprimera pieza de un puzle que me llevó a Portugal. Allí,además de saber de aspectos poco conocidos de la guerra contraNapoleón, encontré la crónica más antigua de Vigo escrita por el prior de la Colegiata y guardada celosamente en un cajoncillo de sureclinatorio. El reclinatorio había salido del templo mientrasduraron las obras de reconstrucción tras la explosión de un polvorínen 1813, pero nunca había regresado.Cuando revivía con el prior los años de hambre, guerra y peste definales del siglo XVI, me di cuenta de que yo también, en 2020,estaba siendo testigo de otra epidemia que azotaba nuestra ciudad, elcoronavirus.En el otoño de 1598, la peste hizo estragos en Vigo.Las calles estaban vacías, los mercados cerrados, y el Juez,que era como entonces se llamaba el alcalde, ordenó que nosalejáramos unos de otros. En la primavera de 2020, la consigna de lasautoridades también era que nos separáramos unos de otros y losvecinos apenas salían de sus casas. Sorprendentemente, mi testimoniose parecía mucho al que había dejado escrito hace más decuatrocientos años Gregorio Servido.